¿Es cierto que la industria audiovisual defiende filtraciones? De láminas rojas a escudos anti-drones: así es como la industria audiovisual se defiende de fugas indeseables.

El progreso imparable de la red de redes durante la última década y el potencial actual, para bien o para mal, en términos de gestión y difusión de datos de todo tipo, se presenta como una espada de doble filo en términos de su relación cada vez más estrecha con la industria cinematográfica y televisiva.

En contraste con los avances revolucionarios en los modos de consumo de lo audiovisual, vigilados por el auge de las plataformas, el video a la carta, y de las ventajas para los creativos de todo el mundo para dar a conocer su trabajo, internet-o, mejor dicho, parte de sus usuarios —está mostrando su cara más oscura en comparación con la propiedad intelectual, no como una entidad malvada per se, sino como una herramienta que, de caer en manos equivocadas, se puede usar para todo tipo de causas de ética y legalidad cuestionables.

Industria audiovisual defiende filtraciones

Los secuestros de información a través de piratería informática, las filtraciones de material gráfico y guiones, y las publicaciones no deseadas de spoilers y secretos que las grandes empresas pretenden mantener a salvo hasta el estreno de sus producciones están tristemente a la orden del día gracias a una comunidad cada vez más grande ansiosa por este tipo de contenido.

Pero, ¿qué mecanismos utilizan los gigantes de la industria para combatir este mal casi endémico?

Las medidas son muy variadas y van desde la obvia seguridad aplicada a la distribución y exposición de las obras, así como su almacenamiento en línea en las diversas plataformas de VOD, hasta la propia filmación, donde una gestión controlada del equipo humano a la hora de gestionar guiones y entornos de trabajo es totalmente esencial.

Repasemos con más detalle los mecanismos que defienden nuestras series y películas favoritas de las garras a veces temibles de los habitantes del ciberespacio.

Industria audiovisual defiende filtraciones y los compromisos

Si queríamos comprometer la seguridad y los secretos de una producción audiovisual, el objetivo más obvio para atacar en primer lugar sería su corazón: el set de rodaje.

Por un lado, hay que tener en cuenta un factor humano tan impredecible como persistente a la hora de sabotear producciones de todo tipo in situ, de forma más o menos consciente.

Esto no solo afecta a las personas ajenas a la filmación que tienen la intención de mostrar detalles de sus futuras películas favoritas, sino también a los trabajadores que, día a día, manipulan cantidades masivas de material sensible.

El ingenio y los medios utilizados por los profesionales curiosos y de la información para descubrir secretos y capturar instantáneas de los próximos éxitos de taquilla no tienen límite.

Desde el simple uso de un teléfono móvil adecuadamente oculto hasta el uso de drones como los que sobrevolaron Pinewood Studios en el rodaje de 'Episodio VII' de 'Star Wars', los recursos parecen interminables.

Industria audiovisual defiende filtraciones y los riesgos

Dentro del microcosmos del conjunto, las variables de riesgo aumentan considerablemente. Actores despistados que pueden abandonar el idioma en cualquier momento, hojas de llamadas llenas de nombres de artistas y títulos de episodios que desaparecen misteriosamente, miembros del equipo que "olvidan" devolver una copia del guion que luego aparecen publicados en algún sitio web...

Hay mil y un obstáculos a enfrentar, y mil y una soluciones que pretenden aplicar para resolverlos, algunas de ellas haciendo alarde de un ingenio de igual o mayor tamaño al problema que están tratando de enmendar, encontrando un curioso precedente en un ya lejano 1980.


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